A Midwest ignition of rebellion and motion, where Chicago grit meets Latinx club futurism
On Hotwire, J. Córdova wires together ghetto house voltage and bass-heavy insurgency, channeling the nocturnal chaos of the Midwest underground through a distinctly Chicano lens.

English
Hotwire is a spark — a short circuit that fuels everything else, like starting an engine without a key. A gesture of defiance that fuses danger, intensity, and acceleration. On his new EP for NAAFI, Milwaukee-born producer J. Córdova turns the act of hotwiring into a metaphor for sonic rebellion: hacking the system, bypassing permission, and releasing pure intensity.
Rooted in the raw pulse of Chicago house and Midwest techno, the record sustains a constant tension: mechanical grooves and chopped vocals crackling like exposed wires, sending out small, steady shocks. The title track, “Hotwire”, activates a wave of rave energy — spiraling synths and rapid percussion that mirror the chaos of a dancefloor at 3 a.m. It’s the sound of bodies in risk mode, pushed to their limits, moving without restraint. “Meanstreak” condenses the energy of graffiti and industrial noise: metallic swing, gritty textures, and a trickster attitude. Tough, hypnotic, and unapologetic, it reminds us that roughness and play can coexist in the same rhythm. In “No Quieren Tiroteo,” Córdova builds a bass-heavy storm around a sample from Hurricane G’s Underground Lockdown. Her phrase “bendición, madrina” repeats like a street mantra — a prayer for survival inscribed within club intensity. It’s both physical and political, an anthem of defiance through movement.
Closing track “Verdeazul” dissolves the tension into luminous melancholy: Chicago-style synths flashing with nostalgia, inspired by the city’s ‘90s and 2000s techno lineage — names like Robert Armani echoing in the circuitry.
For Córdova, Hotwire is more than a record — it’s an affirmation of identity, a territorial becoming: rooted yet in constant transformation. A synthesis of his Chicano heritage, his Midwest upbringing, and his ties to the global Latinx club network that NAAFI helped define. Releasing through NAAFI closes a loop — from playing their tracks in Milwaukee warehouses to joining their catalog as a sonic accomplice.
With his label Agua de Rosas (co-run with Karennoid and DJ Aguara’i), Córdova envisions a collaborative future: building bridges between Chicago’s dance traditions and Latinx club futurism, amplifying voices and challenging the very definitions of the underground.
Español
Hotwire es un chispazo, un cortocircuito que potencia otras cosas, como encender un motor sin llave literalmente: un gesto de desafío que mezcla peligro, intensidad y aceleración. En su nuevo EP para NAAFI, el productor originario de Milwaukee J. Córdova convierte el acto de “hotwirear” en una metáfora de rebelión sonora: hackear el sistema, saltarse el permiso y liberar intensidades.
Arraigado en el pulso crudo del house de Chicago y el techno del Midwest, el disco enciende una tensión constante: grooves mecánicos y vocales cortadas que chispean como cables pelados, pequeños shocks constantes. El track homónimo, “Hotwire”, es una activación de energía rave — sintetizadores en espiral y percusión acelerada que reflejan el caos de una pista a las tres de la mañana. Es el sonido de los cuerpos en modo riesgo, hacia sus límites, moviéndose sin freno.
“Meanstreak” condensa la energía del graffiti y el ruido industrial: swing metálico, texturas rugosas y una actitud de trickster. Duro, hipnótico y sin disculpas, recuerda que la rudeza y el juego pueden coexistir en un mismo ritmo. En “No Quieren Tiroteo”, Córdova levanta una tormenta de bajos con un sample de Hurricane G y su Underground Lockdown. Su frase “bendición, madrina” se repite como un mantra callejero, una plegaria de supervivencia inscrita en la intensidad del club. Es un tema físico y político a la vez. El cierre, “Verdeazul”, disuelve la tensión en una melancolía luminosa: sintetizadores al estilo Chicago que destellan nostalgia, inspirado en el techno de Chicago de los 90’s y 2000’s, como Robert Armani.
Para Córdova, Hotwire es más que un disco: es una afirmación identitaria un becoming territorial, arraigado pero en constante transformación. Una síntesis de sus raíces chicanas, su formación en el Midwest y su vínculo con el club global latinoamericano que NAAFI ayudó a definir. Publicarlo en NAAFI es cerrar un círculo: de pinchar su música en bodegas de Milwaukee a formar parte de su catálogo como cómplice sonoro.
Con su sello Agua de Rosas (junto a Karennoid & Dj Aguara'i), Córdova proyecta un futuro colaborativo: tender puentes entre la tradición dance de Chicago y el club latinx futurista, amplificando voces y desafiando las definiciones del underground.






























